El objetivo central es fomentar, fortalecer y articular acciones entre las distintas instancias del Estado para promover la convivencia escolar, la formación en ciudadanía y la educación en derechos humanos, sexuales y reproductivos. Estas acciones están dirigidas a niños, niñas y adolescentes que cursan los niveles de preescolar, básica y media, en el marco de una educación integral que valore la diversidad y la participación activa.
En este sentido, se busca garantizar la protección integral de los estudiantes en los espacios educativos, mediante la implementación y seguimiento de la ruta de atención integral para la convivencia escolar, la cual debe considerar los contextos sociales y culturales particulares de cada comunidad educativa.
Asimismo, se promueve la educación en y para la paz, el desarrollo de competencias ciudadanas, el fortalecimiento de la identidad, la participación democrática, la valoración de las diferencias y el respeto por las normas, con el fin de formar sujetos activos, responsables y conscientes de sus derechos y deberes.
Otro eje importante es la promoción de estrategias, programas y actividades que permitan a las entidades del Sistema Educativo y a los establecimientos escolares fortalecer la ciudadanía activa y la convivencia pacífica. Esto incluye la promoción de derechos, estilos de vida saludables y la prevención de diversas formas de violencia, como el acoso escolar o la vulneración de derechos sexuales y reproductivos. También se busca incidir positivamente en la reducción del embarazo adolescente y en el mejoramiento del clima escolar.
Se hace énfasis en la necesidad de fomentar mecanismos de prevención, protección, detección temprana y denuncia de todas aquellas conductas que afecten la convivencia escolar, la ciudadanía y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos. De manera particular, se incluye la atención a situaciones de acoso escolar o violencia generada a través del uso de internet, conforme a lo establecido en la ruta de atención integral.
Además, es fundamental identificar y fortalecer estrategias que permitan mitigar las situaciones de violencia escolar, promoviendo ambientes educativos seguros, respetuosos y libres de cualquier forma de agresión.
Finalmente, se propone orientar campañas de comunicación y programas de movilización social enfocados en la convivencia escolar, la construcción de ciudadanía y la promoción de los derechos humanos. Esto incluye acciones concretas que contribuyan a la prevención del embarazo adolescente y a la reducción de enfermedades de transmisión sexual, fortaleciendo así el bienestar integral de niños, niñas y adolescentes en el entorno educativo.
